Divorcio en paz
Cómo separarse de forma sensata y minimizar el dolor a los
hijos
Un divorcio puede ser traumático pero, si los padres hacen
las cosas bien, los niños se ajustan a la nueva situación en poco tiempo.
11/03/2021 6:01
Clarín.comFamilias
Actualizado al 11/03/2021 6:01
Uno de los motivos que atrapa a dos personas en una unión a
la ya no encuentran sentido como pareja son los hijos. El temor a que sufran y
a las consecuencias que pueda acarrear la decisión de separarse en sus vidas
mantiene juntas a muchas parejas rotas. En ocasiones, durante toda la vida. Sin
embargo, esa intención de evitar malestar en los pequeños suele verse empañada
por el ambiente tóxico que provocan las discusiones, por el desazón, falta de
amor y comunicación entre dos personas que siguen juntas por causa mayor.
La separación de la familia es un proceso cargado de
tensiones, conflictos y, en los casos más extremos, violencia verbal o física.
Todo ello altera emocionalmente a los pequeños, que son testigos de la
discordia. Para ellos, la ruptura entre los progenitores se materializa en una
falta de estabilidad, y puede despertar respuestas emocionales desagradables.
“Lógicamente depende de la edad de los niños. No es lo mismo
si son muy pequeños, si están en edad infantil o en la adolescencia. En
términos generales, puede provocar ira, odio, frustración, miedo, inseguridad,
ansiedad, tristeza, culpa, abandono, confusión, negación, amenaza, …”, explica el
psicólogo infantil Antonio Labanda.
Pero pese a que gran parte de los niños sufre confusión y
preocupación ante la situación, la mayoría no experimenta problemas serios si
se consigue una ruptura saludable. Dejando a un lado el dolor intrínseco al
proceso, existe una forma sensata de manejar este cambio y minimizar su impacto
en los hijos. A continuación se explican algunas pautas para conseguirlo.
Claves para un divorcio saludable
Aunque el divorcio pueda ser una experiencia traumática para
los niños, una investigación demuestra que la mayoría de los niños se ajustan a
la nueva situación en un periodo inferior a dos años. Para conseguir normalizar
la situación lo antes posible es importante poner en práctica los siguientes
aspectos:
1 - Respeto y trato cordial: no insultar ni hablar mal del
otro en presencia de los hijos
Aunque individualmente los padres afronten sentimientos
difíciles, ante los hijos es importante mantener un trato cordial. “Las
separaciones son momentos de conflicto donde emergen emociones desagradables.
Hay separaciones muy dolorosas. Se debe intentar respetar al otro en la medida
de lo posible”, explica el psicólogo.
Esto implica no hablar mal de la otra parte en presencia de
los pequeños, así como bloquear cualquier tipo de insulto o quitarle valor.
“Los niños suelen estar bien cuando desarrollan buenas relaciones con padres
que se llevan bien. Pero esos progenitores no necesitan estar casados o vivir
en la misma casa”, indica el psicólogo Michael Lamb en el estudio Madres, padres,
familias y circunstancias.
2 - Hablar con los hijos: explicar lo que pasa y darles
seguridad
Ante una separación es importante informar a los hijos de lo
que está ocurriendo. Cada familia debe decidir el momento de hacerlo, pero los
implicados han de ser honestos con los niños para minimizar los impactos
negativos, como el sentimiento de inestabilidad o confusión.
Hay que explicarles lo que está pasando y darles seguridad,
ya que se pueden sentir abandonados. Siempre hablando de forma positiva-afectiva
hacia ellos y hacia el otro progenitor. Es conveniente que estén los dos padres
y lo expliquen ambos, sin reproches hacia el otro”, sugiere Labanda.
3 - Presencia: mantener ambos un contacto cercano con los
hijos
Para los niños es más fácil superar este trance cuando
mantienen un contacto cercano con ambos padres. “Siempre hay que decirles que
ellos estarán presentes, que seguirán siendo sus padres, que los quieren”,
añade el psicólogo. Según el estudio Protegiendo a los niños de las
consecuencias del divorcio, aquellos que tienen una mala relación con uno o
ambos padres pueden desarrollar más dificultades para lidiar con los trastornos
familiares.
4 - Unidad de crianza: consensuar las decisiones sobre los
hijos
Puede que los padres no vivan bajo un mismo techo, pero
deben preservar la visión de equipo respecto a la crianza. “Toda decisión que
implique a los hijos debe ser consentida por los dos progenitores. No se pueden
tomar decisiones, incluso sobre una simple excursión del colegio, en las que uno
consienta el otro no”, aclara Labanda.
5 - Preservar a los hijos de sus disputas
No meter a los niños en temas económicos o de custodia que
no van con ellos. Como norma general, los niños deben quedar al margen de
cualquier aspecto que se escape a su control, más aún si les puede provocar
ansiedad, como son los asuntos económicos o las disputas sobre custodia.
6 - Minimizar los cambios bruscos
Procurar a los niños "normalidad" dentro de la
situación. Desde la Asociación Americana de Psicología (APA) recomiendan
minimizar en la medida de lo posible los cambios en los meses y años que siguen
al divorcio. En el caso de que la decisión implique una mudanza, o ante la
salida de uno de los dos padres del hogar, recomiendan avisarlos con unas
semanas de antelación ya que los cambios repentinos pueden ser complicados para
ellos.
“Los hijos deben tener la mayor normalidad posible dentro de
una situación compleja. A veces, la hacemos más difícil porque solo pensamos en
el mal que nos han hecho o que estamos haciendo”, aconseja Labanda.
7 - Control emocional: los niños necesitan padres
emocionalmente estables
Los niños necesitan un entorno estable, algo que implica
también una buena salud emocional de sus progenitores. “Los menores se
benefician de padres emocionalmente estables, adultos que se recuperan lo
suficiente, en el caso de un divorcio, para concentrarse en el trabajo básico
de la crianza, incluida la estabilidad, el ejercicio de una disciplina justa,
el amor y la capacidad de respuesta emocional”, explica el psicólogo.
- Cortar intromisiones: Evitar los juicios del entorno
familiar o social
Las situaciones de separación o divorcio alientan los
comentarios y opiniones de todo tipo de personas del círculo social de los
afectados. Todo este flujo de juicios y “consejos” puede perturbar la
percepción de las figuras paterna y materna en los niños. “Es importante evitar
la intromisión de familiares (padres, hermanos, …) en el proceso”, recomienda
Labanda.
Por Rocío Navarro Macías, para La Vanguardia.
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