06/04/2021

Momento de separarse?

 

Momento de separarse?

Cómo saber si llegó la hora de dejar a tu pareja

Al empezar o finalizar una relación es clave escucharse, diferenciar mente y emociones y tomar decisiones.

17/02/2021 10:18  Clarín.comRelaciones

Actualizado al 17/02/2021 10:18

Llevo 7 años de relación con mi pareja, con momentos mejores y peores. Nos casamos y nos compramos un departamento. Yo estaba muy ilusionada con todo pero, después de estabilizarnos, no dejo de tener dudas de si quiero estar con él o no. Me doy cuenta que ya no me despierta lo mismo que antes (y no hablo solo del principio, cuando todo es ideal) y no sé el motivo. Eso me hace estar 24 horas al día pensando en qué me ocurre, sin saber qué paso dar ni qué decisión tomar. Gracias por leerme y ojalá escriba un artículo sobre este tema.

Toda relación pasa por momentos más calmados, positivos y de bienestar, y otros más convulsos, de distanciamiento y/o conflicto. Lo más importante es tener claro lo que uno mismo necesita y qué siente por la pareja.

La posibilidad de poder empezar una relación y de poder terminarla es algo permitido y aceptado socialmente a día de hoy. Comparado con años atrás (y no hablo de tantos), es un gran avance hacia la igualdad y la libertad, aunque, también implica aprender a gestionar las propias emociones y las del otro. Es importante saber escucharse a uno mismo, saber diferenciar mente y emociones, y aprender a tomar decisiones. Todos estos puntos son esenciales para saber si queremos seguir con nuestra relación de pareja o deseamos terminarla.

Cuando en consulta me viene una persona con este planteamiento, con la duda de que no sabe si quiere o no continuar con su relación, me doy cuenta que su mente es un caos de pensamientos contradictorios y desordenados y que se pasa el día pensando en mil y una alternativas y opciones, pero sin conseguir llegar a una conclusión.

Esto desgasta anímica, energética y emocionalmente. Por ende, lo primero que hay que hacer es ordenar todo lo que uno piensa y siente. Si te encontrás en esta situación, te animo a distribuir en tres bloques distintos lo que pensás y sentís:

Una reflexión ordenada

1. Las necesidades personales

Muchas veces una relación no se termina porque ésta no vaya bien, sino porque las necesidades personales han cambiado. Quizás cuando empezaste tenías otra edad, con otras prioridades, pero con el paso del tiempo has ido viviendo, teniendo experiencias, madurando y, a día de hoy, eres una persona distinta.

Cuando esto ocurre nos cuesta permitirnos sentirlo y verlo como algo “justificable” y lo suficiente importante para dejar una relación. Y más si ésta tiene un componente de compromiso elevado, sean los años juntos, hijos, hipoteca, matrimonio, etcétera. Todo motivo reflexionado y sentido es de peso. Si dudamos de ello conllevará no ser capaces de ser honestos y sinceros con nosotros mismos.

2. Tipo de vínculo-relación

Se trata de poner y analizar aquí aquello que no funciona como pareja, las dinámicas negativas, las carencias. Por ejemplo, la comunicación, el afecto, el ocio, la sexualidad, el reparto de tareas, etcétera. Este campo es el que tiene más opción de trabajo y cambio siempre y cuando ambos miembros se responsabilicen de su parte y pongan todas las ganas y energía para cambiarlo.

La dificultad que puede surgir es que cada uno busque unas dinámicas opuestas o distintas, que uno de los dos no se haga cargo de su parte y no quiera trabajar en ello, o que lo viva de distinto modo. Si esto ocurre lo que recomiendo es intentar hacer los cambios que dependen de uno y ver si el efecto que provoca es positivo y suficiente para que sea la relación que uno desea. Y si eso no ocurre, aprender a tomar una decisión

. Los defectos del otro

En el tercer bloque de pensamientos trata de plasmar aquellas cosas que no nos gustan de nuestra pareja, características de ella. Puede ocurrir que el tipo de persona que elegiste en su momento no es el tipo de persona que elegirías y quieres a día de hoy a tu lado. Por supuesto, la perfección no existe, y debemos buscar un equilibrio lógico. Pero si son aspectos fundamentales y claves para vos deberías prestarle atención y reflexionar sobre esto.

Superar los miedos

Como ver el primer paso es ordenar para poder entender, ubicar y así luego posicionarse. Por supuesto detrás de la decisión de seguir o separarse aparecen los miedos: miedo a la soledad, a la incertidumbre, a los cambios, a la pérdida de seguridad y comodidad, etc. Hay que lidiar con ellos, hacerles frente y que no sean un condicionante para evitar posicionarse.

La decisión: aceptación, ruptura o resignación

La decisión puede tener 3 caminos. El primero es la aceptación: seguir con la pareja aceptando que no es perfecto, pero sabiendo que es lo que uno quiere.

La segunda opción es la separación: decidir la ruptura al ver que hay motivos insalvables que cada vez harán más mella en la relación.

La pareja puede no ser perfecta y aún así decidir que se quiere continuar con ella. Y el tercer camino es la resignación: saber que no es lo que se quiere, pero asumiendo que por ahora uno no es capaz de decidir romper, por los motivos que sean.

Toda opción es legítima siempre que se tome con conciencia y honestidad con uno mismo.

Por Núria Jorba, para La Vanguardia

9 pautas para un “divorcio ideal” cuando tenés hijos

 

Maria Carreras

Clarín 31.03.21

9 pautas para un “divorcio ideal” cuando tenés hijos

Diálogo, información clara, contención y progresión en los cambios son parte de las recomendaciones. Aquí, una serie de consejos por parte de una especialista

Las separaciones traen múltiples consecuencias en las familias y en sus dinámicas. Las parejas que deciden divorciarse, pero tienen hijos recaen entonces en una doble carga emocional, ya que no solamente se trata de su duelo sino también del de los chicos.

Sin embargo, un divorcio no es negativo en sí mismo. “La separación de los padres siempre es un desenlace a un conflicto y tensión. El momento donde los padres deciden separarse es un proceso que se viene gestando y viene impactando a largo plazo en la vida familiar”, sostuvo a Clarín María Carreras, psicóloga infantojuvenil.

En ese marco, añadió que “hay algunas situaciones donde los chicos lo pueden vivir como un cierto alivio o puede ser una oportunidad donde entiendan o se les clarifique todo lo que venían viviendo desde un tiempo antes”.

La especialista brindó una serie de pautas a tener en cuenta a la hora de una separación cuando hay hijos de por medio.

1. Establecer acuerdos antes de hablar con los hijos

“Es súper importante que en el momento previo a hablar con los chicos los papás hayan logrado establecer acuerdos sobre qué es lo que les van a decir, cómo se los van a decir, si se los van a decir juntos o por separado”, explicó la psicóloga.

2. Reflexionar sobre lo definitivo de la separación

Si es algo pasajero o si es irreversible es una situación que marca la diferencia. “Cuando les transmitimos esta información a los chicos cuán definitiva es la separación también es algo a tener en cuenta”, dijo Carreras

3. Tener una red de apoyo

La especialista destacó que “el lugar de los padres es difícil”, ya que “tienen que contener las emociones de los chicos, pero al mismo tiempo tienen que procesar su dolor y atravesar el duelo”. En ese sentido, resaltó la “importancia de la red de apoyo para que los padres tengan su propio espacio, ya que si no se termina contaminando el ambiente de crianza cargándolo de tensión y frustraciones”.

4. Hablar con los hijos sobre los cambios venideros

“En el momento de comunicarles a los chicos la separación es importante compartir los cambios que vayamos definiendo en relación a su vida. Cuanta más información les brindemos vamos a dejar menos lugar a que esta falta se llene con fantasías”, afirmó la psicóloga. Entre los ejemplos de estas modificaciones mencionó “el tiempo que van a continuar compartiendo con cada uno de los padres, el espacio físico donde vivirán, las actividades que realizarán con cada uno o las rutinas”.

5. No desbordarse ante la reacción de los chicos

“Es normal que los chicos expresen enojo o tristeza y, aunque es difícil tolerar el dolor, es importante contener sus emociones, no espejarlas, no desbordarnos emocionalmente cuando la respuesta de ellos ante la noticia es ésta”, explicó la licenciada. Para ello, sostuvo que es fundamental “no perder de vista la integridad psicológica de los chicos brindando espacios de escucha, favoreciendo el juego o cualquier actividad en la que ellos puedan expresarse”. En ese sentido, Carreras aclaró que, aunque “a veces uno espera espacios estructurados, muchas el diálogo más fluido surge en espacios más espontáneos”.

6. Seleccionar cuidadosamente la información que recibirán los hijos y brindarla de forma clara

La especialista recalcó que un punto vital a tener en cuenta a la hora de hablar con los niños es su edad. “Seleccionamos la información más importante que pueda explicar por qué los padres ya no están juntos. Esta cantidad de información y el lenguaje que utilizamos podrá procesarse de acuerdo a las capacidades que tiene el niño en ese momento”, sentenció Carreras al tiempo que aclaró que “la regla sería: sencillo y claro”. Para los más pequeños, en tanto, recomendó utilizar como soporte dibujos o cuentos que puedan explicar más claramente lo que se les está contando.

7. Aclarar que la separación es sólo entre los adultos

Es fundamentar referirse al futuro de los roles y los lazos amorosos. “En todo momento tiene que quedar claro que lo que no cambia es nuestro amor, nuestra disponibilidad. El vínculo está intacto y nuestra función como madres y padres no cambia, aseguró la psicóloga.

8. Los cambios deben ser progresivos

En este punto, ser cuidadosos con los tiempos es esencial. Según la especialista, “si vamos a llevar a cabo algún tipo de cambio en la vida de los chicos éste tiene que ser progresivo. Tenemos que permitir que los chicos se vayan adaptando a la nueva realidad e ir incorporándolos poco a poco” para evitar que las modificaciones los abrumen.

9. Unificar pautas de crianza

Este último punto puede resultar difícil, pero es imprescindible tanto para padres y madres como para los hijos. La especialista instó a “unificar al máximo las pautas de crianza para no entrar en contradicciones que muchas veces son fuente de conflicto

Por qué el divorcio es la historia más importante que le contarás a tus hijos

 

Por qué el divorcio es la historia más importante que le contarás a tus hijos

La forma en que les cuentes el divorcio y acompañes a tus hijos será clave en cómo ellos puedan atravesar ese proceso.

01/07/2020 14:12  Clarín.com Relaciones

Actualizado al 01/07/2020 14:12

Nada nos prepara para lo que es pasar una separación cuando tenemos hijos. La terapeuta del Instituto Gottman Kerry Lusignan explica los procesos que debemos atravesar al pasar por un divorcio, mientras que la psicoanalista fundadora de la Escuela para Padres Multifamiliar Eva Rotenberg cuenta la mejor manera de decírselo a los chicos y qué debemos evitar para prevenir que padezcan crisis psicológicas y parentales.

Kerry cuenta que, según las estadísticas, entre el 40% y el 50% de los adultos tendrán que pasar por un divorcio en algún momento de sus vidas, y aún así representa algo único e individual para cada uno.

Ella explica que nuestra familia es una microcultura que agrupa rituales, ritmo y reglas, y representa una huella digital única, nuestra y de nuestra pareja. El divorcio, en cambio, es su disolución, y se caracteriza más por deshacer que por convertir. “Por primera vez tendremos que aventurarnos juntos a algo que, por definición, está diseñado para hacer solos. Pasaremos el divorcio solos, juntos”, detalla.

Atravesar el divorcio

Cuando una pareja con hijos decide divorciarse es advertida por los psicólogos de que se trata de un momento en el que deben tener cuidado. “Lo más probable es que sus cuerpos hayan llegado a reconocer al otro como el enemigo y que, dado esto, su ritmo cardíaco aumente a más de cien latidos por minuto cada vez que estén cerca. Para muchos, esta respuesta fisiológica a la amenaza ocurrirá incluso con el solo pensamiento de nuestra expareja. Se trata del sistema nervioso aprendiendo a expulsarlo”, cuenta Kerry.

La profesional hace hincapié en que estas alarmas biológicas serán respuestas al estrés corporal, porque además de la frecuencia cardíaca acelerada, aumentarán nuestras hormonas del estrés. El resultado será una incapacidad para pensar, comunicarse, o escuchar con claridad.

“No es sorprendente que el divorcio sea un momento en el que luchemos con períodos de deterioro psicológico, fisiológico, y emocional. Todo esto ocurre mientras se nos pide simultáneamente que tomemos decisiones críticas, seamos monoparentales, generemos ingresos, vendamos o reubiquemos nuestro hogar, y pasemos por el dolor y la pérdida de sueños. Nuestra vida se deshace más rápido de lo que podemos reconstruirla, y las semillas de la regeneración aún no brotan”.

Cómo hablarlo con los chicos

“Cuando una pareja decide separarse es porque ya hay un proceso de desencuentro que puede ser más o menos deductivo, con peleas, gritos, a veces violencia física, otras, verbal. En el menor de los casos es simplemente hablado y representa una decisión tomada”, explica Eva Rotenberg.

Ella resalta que hablarle a nuestros hijos mal de su mamá o papá es realmente lo peor que podemos hacer, pero no alcanza sólo con no hablar mal: “Hay muchas situaciones donde aunque no hablemos mal del otro, aún hay mucha violencia, por ejemplo, al no dejarlo entrar o no atenderlo, o seguir peleando una vez separados, ya sea por la separación de bienes, o las visitas. Es decir que si una pareja no se separa bien, las peleas van a seguir después, y en lugar de ocuparse de qué sienten los hijos estarán centrados en ellos mismos y sus discusiones”.

Para Eva,el modo de hablar con los niños dependerá de su edad:

“Si son pequeños es importante comunicarles que ellos habrán visto que mamá y papá discuten, piensan distinto, y entonces decidieron que es mejor vivir separados. Cada uno va a vivir en otra casa, pero van a seguir siendo siempre una familia, porque tanto mamá como papá seguirán siendo sus padres y los van a querer, sólo que van a ser una familia que está separada”.

“Si son adolescentes la conversación será diferente. Los hijos adolescentes ya saben mucho de lo que sucede y cuál es el problema, y no es bueno mentirles ni tampoco darles demasiados detalles”.

Según John Gottman, autor de Criar a un niño emocionalmente inteligente, si queremos saber si un niño está atravesando una crisis parental en casa hay una prueba de fuego. Resulta que los niños expuestos a "gran hostilidad conyugal" tienen niveles marcadamente más altos de hormonas del estrés que los hijos de padres con matrimonios estables.

“Cuando peleamos con nuestra pareja, o incluso expareja, nuestro hijo excreta toxinas de angustia que su cuerpo no puede metabolizar. Por un sistema nervioso familiar, todos estaremos aún interconectados en un nivel subterráneo, y su cuerpo estará gritando basta, incluso si nunca nos dicen una palabra”, explica Kerry.

Aún así, la profesional puntualiza que nuestros hijos hablarán de otras maneras y nos harán conocer su angustia si escuchamos con atención.

Cómo respondamos (o no) a lo que comparte nuestro hijo es fundamental. Le puede doler la panza a la hora de acostarse, o tendrá una lista de molestias que aparentemente no tienen causa inmediata (y, por lo tanto, tampoco remedio disponible).

Según los profesionales del Instituto Gottman, por muy tentador que sea, debemos tratar de abstenernos de responder a los sentimientos de nuestro hijo ofreciéndole una distracción o animándolo. Gestos como éstos, aunque sean con la mejor intención, en general provienen de nuestra incomodidad cuando vemos que están sufriendo. Queremos mejorarlo, ofrecer alivio, y poner una curita, pero el divorcio es un proceso más grande que eso.

Eva cuenta que las consecuencias de manejar mal la separación pueden ser graves, porque en las peleas, separaciones o divorcios contenciosos lo que menos se ve es qué les pasa a los hijos: “He atendido familias donde los chicos sufrían bullying, porque estaban muy mal psíquicamente, otros al borde de sufrir un ataque psicótico, etc. Tengo un caso de un niño chiquito que sus padres viven peleándose a pesar de estar separados, y él dibuja lápidas con cruces. Psíquicamente es algo muy disruptivo para ellos, y para los grandes, también”. Separación y crisis familiar

 

7 errores que tenés que evitar si te estás divorciando

 

Lo que no hay que hacer

7 errores que tenés que evitar si te estás divorciando

Desde creer que se puede atravesar el proceso solo o sola hasta entorpecer el vínculo con los hijos. Las recomendaciones de la psicóloga Valeria Bedrossian, especialista y docente en terapia de pareja y familia.

31/01/2021 6:02  Clarín.comRelaciones

Actualizado al 31/01/2021 6:02

Atravesar una separación, en general, no es fácil. Sin embargo, depende de cómo haya sido el proceso, varias pueden ser sus características y también sus consecuencias.

El divorcio es un proceso que puede tomar varias formas de acuerdo a los términos en los que la pareja haya podido resolver su separación, especialmente desde el plano emocional”, aseguró a Clarín la psicóloga Valeria Bedrossian, especialista y docente en terapia de pareja y familia. “Puede ir desde formas consensuadas hasta procesos conflictivos para todos los integrantes del sistema familiar, incluso para los hijos, que muchas veces quedan atrapados en los vínculos de los adultos”, añadió.

Con etapas que van de la tristeza al alivio, los divorcios pueden adquirir diferentes rasgos, pero también errores comunes a evitar. Aquí, algunos de ellos:

Error N°1: Creer que podés solo/a

Según Bedrossian, “es menester pedir ayuda, contar con una red para atravesar este proceso y poder salir fortalecido. Es muy alto el costo emocional de las personas que no logran repararse afectivamente ante una separación”.

Error N°2: Actuar impulsivamente

Este es, según la psicóloga, uno de los errores más comunes. Así, explicó que es muy frecuente durante los divorcios “actuar impulsivamente, decidir desde la emoción sin poder racionalizar, no dar lugar a la separación como un proceso que tiene fases que permiten una elaboración sana de las relaciones”.

Error N°3: Apurar el proceso para volver a estar en pareja

¿Cuándo es el momento indicado para encontrar nuevamente un compañero o una compañera? La especialista aseguró que “la desesperación por volver a estar en pareja puede llevar a algunas personas a conductas impulsivas que impiden la elaboración de las vivencias internas de la relación anterior”. En ese sentido, añadió que “esto se ve en personas que rápidamente formalizan nuevas relaciones o que no pueden permanecer consigo mismas a solas para madurar su proceso. Si bien cada experiencia es única, es en general necesario un tiempo de introspección para sanar y tomar todo el aprendizaje de lo anterior para volver a relacionarse con una pareja”.

Error N°4: Darle lugar a terceros

Aquel dicho popular que asegura que “los de afuera son de palo” parece ser atinado durante una separación. Para Bedrossian, “dejarse influenciar por terceros que no conocen la interna y la historia de la relación es, muchas veces, algo que intensifica el nivel de conflicto”.

Error N°5: Entorpecer el vínculo con los hijos

Es esencial destacar que se habla aquí de divorcios donde no existió la violencia ni el abuso de ningún tipo. Una vez hecha la aclaración, vale la pena hacer hincapié en la importancia de que chicos y chicas puedan mantener vínculos con ambos progenitores. “En el caso de las parejas que tienen niños, el divorcio no termina los vínculos, los redefine. En ese caso el desafío es mayor, dado que mientras las personas hacen su proceso interno de separación tienen que seguir siendo el sostén emocional de los niños y validar al otro como padre porque la pareja parental continúa. En el divorcio lo que se termina es la pareja conyugal, pero la pareja parental persiste, dado que continuarán siendo los padres de esos niños más allá del divorcio”, explicó la licenciada.

Error N°6: Asignarle a un hijo o hija un rol que no corresponde

Más allá de cualquier separación, los hijos siguen siendo hijos. En ese marco, ese es el rol que deben seguir cumpliendo en la familia. Bedrossian explicó que es muy común “involucrar a los niños, por ejemplo, asignando un rol parental a alguno de los hijos, quien queda funcionando como soporte del adulto”. La especialista agregó que “esto se conoce como parentalización y genera en el menor una gran carga y desgaste por estar exigido en su edad cronológica y en su rol de hijo”.

Error N°7: Convertir a los niños en jueces

Esta actitud va en línea con los dos puntos anteriores. La especialista mencionó que “se observa en separaciones en malos términos que, por la fuerte tensión entre los padres, los niños quedan como jueces. Cada uno de los padres se dedica a desprestigiar al otro delante de los hijos, creándose dos bandos en los que los niños quedan involucrados y vulnerables”.

Divorcio en paz

 

Divorcio en paz

Cómo separarse de forma sensata y minimizar el dolor a los hijos

Un divorcio puede ser traumático pero, si los padres hacen las cosas bien, los niños se ajustan a la nueva situación en poco tiempo.

11/03/2021 6:01  Clarín.comFamilias

Actualizado al 11/03/2021 6:01

Uno de los motivos que atrapa a dos personas en una unión a la ya no encuentran sentido como pareja son los hijos. El temor a que sufran y a las consecuencias que pueda acarrear la decisión de separarse en sus vidas mantiene juntas a muchas parejas rotas. En ocasiones, durante toda la vida. Sin embargo, esa intención de evitar malestar en los pequeños suele verse empañada por el ambiente tóxico que provocan las discusiones, por el desazón, falta de amor y comunicación entre dos personas que siguen juntas por causa mayor.

La separación de la familia es un proceso cargado de tensiones, conflictos y, en los casos más extremos, violencia verbal o física. Todo ello altera emocionalmente a los pequeños, que son testigos de la discordia. Para ellos, la ruptura entre los progenitores se materializa en una falta de estabilidad, y puede despertar respuestas emocionales desagradables.

“Lógicamente depende de la edad de los niños. No es lo mismo si son muy pequeños, si están en edad infantil o en la adolescencia. En términos generales, puede provocar ira, odio, frustración, miedo, inseguridad, ansiedad, tristeza, culpa, abandono, confusión, negación, amenaza, …”, explica el psicólogo infantil Antonio Labanda.

Pero pese a que gran parte de los niños sufre confusión y preocupación ante la situación, la mayoría no experimenta problemas serios si se consigue una ruptura saludable. Dejando a un lado el dolor intrínseco al proceso, existe una forma sensata de manejar este cambio y minimizar su impacto en los hijos. A continuación se explican algunas pautas para conseguirlo.

Claves para un divorcio saludable

Aunque el divorcio pueda ser una experiencia traumática para los niños, una investigación demuestra que la mayoría de los niños se ajustan a la nueva situación en un periodo inferior a dos años. Para conseguir normalizar la situación lo antes posible es importante poner en práctica los siguientes aspectos:

1 - Respeto y trato cordial: no insultar ni hablar mal del otro en presencia de los hijos

Aunque individualmente los padres afronten sentimientos difíciles, ante los hijos es importante mantener un trato cordial. “Las separaciones son momentos de conflicto donde emergen emociones desagradables. Hay separaciones muy dolorosas. Se debe intentar respetar al otro en la medida de lo posible”, explica el psicólogo.

​Esto implica no hablar mal de la otra parte en presencia de los pequeños, así como bloquear cualquier tipo de insulto o quitarle valor. “Los niños suelen estar bien cuando desarrollan buenas relaciones con padres que se llevan bien. Pero esos progenitores no necesitan estar casados o vivir en la misma casa”, indica el psicólogo Michael Lamb en el estudio Madres, padres, familias y circunstancias.

2 - Hablar con los hijos: explicar lo que pasa y darles seguridad

Ante una separación es importante informar a los hijos de lo que está ocurriendo. Cada familia debe decidir el momento de hacerlo, pero los implicados han de ser honestos con los niños para minimizar los impactos negativos, como el sentimiento de inestabilidad o confusión.

Hay que explicarles lo que está pasando y darles seguridad, ya que se pueden sentir abandonados. Siempre hablando de forma positiva-afectiva hacia ellos y hacia el otro progenitor. Es conveniente que estén los dos padres y lo expliquen ambos, sin reproches hacia el otro”, sugiere Labanda.

3 - Presencia: mantener ambos un contacto cercano con los hijos

Para los niños es más fácil superar este trance cuando mantienen un contacto cercano con ambos padres. “Siempre hay que decirles que ellos estarán presentes, que seguirán siendo sus padres, que los quieren”, añade el psicólogo. Según el estudio Protegiendo a los niños de las consecuencias del divorcio, aquellos que tienen una mala relación con uno o ambos padres pueden desarrollar más dificultades para lidiar con los trastornos familiares.

4 - Unidad de crianza: consensuar las decisiones sobre los hijos

Puede que los padres no vivan bajo un mismo techo, pero deben preservar la visión de equipo respecto a la crianza. “Toda decisión que implique a los hijos debe ser consentida por los dos progenitores. No se pueden tomar decisiones, incluso sobre una simple excursión del colegio, en las que uno consienta el otro no”, aclara Labanda.

5 - Preservar a los hijos de sus disputas

No meter a los niños en temas económicos o de custodia que no van con ellos. Como norma general, los niños deben quedar al margen de cualquier aspecto que se escape a su control, más aún si les puede provocar ansiedad, como son los asuntos económicos o las disputas sobre custodia.

6 - Minimizar los cambios bruscos

Procurar a los niños "normalidad" dentro de la situación. Desde la Asociación Americana de Psicología (APA) recomiendan minimizar en la medida de lo posible los cambios en los meses y años que siguen al divorcio. En el caso de que la decisión implique una mudanza, o ante la salida de uno de los dos padres del hogar, recomiendan avisarlos con unas semanas de antelación ya que los cambios repentinos pueden ser complicados para ellos.

“Los hijos deben tener la mayor normalidad posible dentro de una situación compleja. A veces, la hacemos más difícil porque solo pensamos en el mal que nos han hecho o que estamos haciendo”, aconseja Labanda.

7 - Control emocional: los niños necesitan padres emocionalmente estables

Los niños necesitan un entorno estable, algo que implica también una buena salud emocional de sus progenitores. “Los menores se benefician de padres emocionalmente estables, adultos que se recuperan lo suficiente, en el caso de un divorcio, para concentrarse en el trabajo básico de la crianza, incluida la estabilidad, el ejercicio de una disciplina justa, el amor y la capacidad de respuesta emocional”, explica el psicólogo.

- Cortar intromisiones: Evitar los juicios del entorno familiar o social

Las situaciones de separación o divorcio alientan los comentarios y opiniones de todo tipo de personas del círculo social de los afectados. Todo este flujo de juicios y “consejos” puede perturbar la percepción de las figuras paterna y materna en los niños. “Es importante evitar la intromisión de familiares (padres, hermanos, …) en el proceso”, recomienda Labanda.

 

Por Rocío Navarro Macías, para La Vanguardia.

01/04/2021

Que es el Pensamiento Complejo

 

Antecedentes para contextualizar el concepto de Pensamiento Complejo:

En el siglo XX ningún concepto se resignificó con tanta profundidad como “complejo”. De un uso común y científico que había perdido sus raíces y lo relacionaba con lo complicado, lo enmarañado y lo difícil de entender, retomó su sentido originario y pasó a significar una nueva perspectiva para designar al ser humano, a la naturaleza, y a nuestras relaciones con ella. Así, el término “complejo” designa hoy una comprensión del mundo como entidad donde todo se encuentra entrelazado, como en un tejido compuesto de finos hilos, en fin, complexus: lo que está tejido junto.

Los autores contemporáneos de lo complejo

Para un cambio tan radical en los significados han convergido las prácticas humanas en cambio, las ciencias, y las mentes brillantes de los últimos tiempos. Algunos autores contemporáneos gustan señalar que de lo complejo se puede hablar hoy en tres sentidos complementarios:

Ciencias de la Complejidad

Ciencias de la complejidad, cuando se trata de investigaciones que en diversos campos hacen avanzar el conocimiento científico al introducir una comprensión del mundo como sistema entrelazado. Estos estudios científicos, auxiliados de potentes dispositivos computacionales han avanzado en la creación de modelos para explicar los comportamientos de los sistemas en el tiempo, con lo que se han abierto nuevos campos de investigación, y nuevas herramientas para comprender este tipo de sistemas. Se forma a partir de estos estudios, indirectamente, una comprensión del mundo como sistema entrelazado, que exhibe propiedades completamente nuevas y sorprendentes, como la no linealidad, o nuevas formas de determinación como el caos determinista. El aporte principal de estas teorías consiste en el avance del conocimiento de los sistemas específicos, y la creación de modelos y simulaciones computacionales que permiten comprenderlos como entidades no reducibles a relaciones causales simples.

Cosmovisión Compleja

Cosmovisión compleja, cuando se realizan elaboraciones de carácter filosófico como en el pensamiento sistémico de Bertalanffy, y desde los setentas, las interpretaciones de Ilya Prigogine acerca de la necesidad de comprender la inestabilidad como propiedad de la naturaleza y la reconstrucción de nuestras relaciones con ella; o la ecología profunda, su propuesta. Este tipo de elaboración filosófico-cosmovisiva relaciona los estudios científicos con la vida práctica: De la explicación del mundo como un sistema que exhibe propiedades complejas, se concluye acerca de cómo reconstruir nuestras relaciones con él.

La interpretación del Pensamiento Complejo: Edgar Morin

Pensamiento complejo, cuando se trata de construir un método nuevo sobre la base de las ideas complejas que emanan de las ciencias y su conjugación con el pensamiento humanista, político social y filosófico, como es el caso del pensador universalista francés Edgar Morin. También se utiliza pensamiento complejo en un sentido más estrecho, para designar a los estudios científicos que intentan explicar las dinámicas complejas de los objetos en estudio, sin extraer de ello consecuencias cosmovisivas o metodológicas más generales. Edgar Morin ha denominado esta postura complejidad restringida, para diferenciarla de aquella más amplia y humanista que sostiene, donde lo define como un método de pensamiento nuevo, válido para comprender la naturaleza, la sociedad, reorganizar la vida humana, y para buscar soluciones a las crisis de la humanidad contemporánea.

La trama de la complejidad

Cualquiera de estas clasificaciones debería tomar en consideración al resto, pues el desafío de la complejidad consiste precisamente, en el reconocimiento de las tramas o redes de relaciones, y la imposibilidad humana de agotarlas en el conocimiento. Esta relación de antagonismo y complementariedad debe considerarse también con respecto a las clasificaciones de lo complejo, y los intentos de “medir” o cuantificar la complejidad.
Por otra parte, cada una de estas vertientes se encuentra relacionada con la otra, y la diferenciación está condicionada por la perspectiva desde la cual se valora.
Los estudios de lo complejo han impactado en áreas científicas que estudian la naturaleza y la sociedad. Entre los científicos más relevantes que han contribuido a este campo se encuentran Benoit Mandelbrot, Ilya Prigogine, René Thom, Francisco Varela, Humberto Maturana, Edgar Morin, entre otros.

La evolución de las ideas complejas

La evolución de las ideas complejas en el siglo XX puede caracterizarse en tres grandes momentos. El primero, en los sesenta, donde se trabaja en varios campos científicos sin que trasciendan los nuevos desarrollos conceptuales más a allá de áreas muy específicas. Entre los setentas y ochentas, se produce una mayor socialización de las ideas complejas entre diversos campos disciplinarios. Finalmente en los noventas, se produce un boom mediático que coloco la complejidad y lo complejo en documentales científicos, revistas de divulgación y la prensa.

El impacto de la idea de la complejidad

Es difícil medir los impactos de las nuevas ideas, pero en el caso del estudio de lo complejo, su impacto se ha dejado sentir en las ciencias naturales y sociales, así como en las formas de organización de los conocimientos. Así, en relación directa del estudio de lo complejo y la superación de las formas disciplinarias clásicas de organización de los conocimientos, se han desarrollado estrategias inter, multi y transdisciplinarias, como la propuesta por Basarab Nicolescu.

El problema de la complejidad y Edgar Morin

El estudio de lo complejo ha impactado también en el ámbito más directo de las interacciones de los seres humanos: la educación, la interpretación de la sociedad, la política, y la comprensión del momento actual que vive la humanidad. El problema de la complejidad ha pasado a ser el problema de la vida y el vivir, el problema de la construcción del futuro y la búsqueda de soluciones a los problemas contemporáneos. En palabras de Edgar Morin, cuando se habla de complejidad «… Se trata de enfrentar la dificultad de pensar y de vivir»¹ .

Sugerencia: Consultar este documento para profundizar en el tema (está en inglés):
Edgar Morin’s Path of Complexity
Alfonso Montuori

¹E. Morin (2004): El Método, Tomo 6. La Ética, Paris, Seuil, col. Points, p. 224.

Os sete saberes necessários à educação do futuro = Edgar Morin

 Os sete saberes necessários à educação do futuro. 

Edgar Morin

Os sete saberes necessários à educação do futuro não têm nenhum programa educativo escolar ou universitário, e aliás não está concentrado no primário, nem no secundário, nem no ensino universitário, mas aborda problemas específicos para cada um desses níveis que precisam ser apresentados, porque dizem respeito aos setes buracos negros da educação completamente ignorados, subestimados ou fragmentados nos programas educativos, que, na minha opinião, devem ser colocados no centro das preocupações da formação dos jovens que, evidentemente, se tornarão cidadãos. O primeiro buraco negro diz respeito ao conhecimento. Por quê? Porque, naturalmente, o ensino dá conhecimento, fornece conhecimento, saberes. Porém, nunca se ensina o que é o conhecimento, apesar de ser muito importante saber o que é o conhecimento, tendo em vista que nós sabemos que o problema chave do conhecimento é o erro e a ilusão. Ao examinarmos as crenças do passado, concluímos que a maioria delas contém erros e ilusões, mesmo quando pensamos há vinte anos atrás e constatamos como erramos e nos iludimos sobre o mundo e a realidade. E por que isso é tão importante? Porque o conhecimento nunca é um reflexo ou espelho da realidade. O conhecimento é sempre uma tradução, seguida de uma reconstrução. Mesmo no fenômeno da percepção em que os olhos recebem estímulos luminosos que são transformados, decodificados, transportados a um outro código, e esse código binário transita pelo nervo ótico, atravessa várias partes do cérebro e isto é transformado em percepção, logo a percepção é uma reconstrução. Tomemos o exemplo da percepção constante que é a imagem do ponto de vista da retina: as pessoas que estão perto, parecem muito maiores do que aquelas que estão mais distantes, pois, a distância, o cérebro não registra e reconstitui uma dimensão idêntica para todas as pessoas, assim como os raios ultravioletas e infravermelhos que nós não vemos, mas sabemos que eles estão aí e nos impõem uma visão segundo as suas incidências. Portanto, temos percepções, ou seja, reconstruções, traduções da realidade, e toda tradução comporta o risco de erro, como dizem os italianos “tradotore/traditore”.

Assim como sabemos também que não há nenhuma diferença intrínseca entre uma percepção e uma alucinação. Por exemplo: se tenho uma alucinação e vejo Napoleão ou Júlio César, não há nada que me diga que estou enganado, exceto o fato de saber que eles estão mortos. Mas são os outros que vão me dizer se o que vejo é verdade ou não, quero dizer com isso que estamos sempre ameaçados pela alucinação. Até nos processo de leitura, por exemplo, isto acontece. Nós sabemos que não seguimos a linha do que está escrito, pois, às vezes, nossos olhos saltam de uma palavra para outra, ou um grupo de palavras e reconstrui o conjunto de uma maneira quase alucinatória, ou seja, neste momento é o nosso espírito que colabora com o que nós lemos. E não reconhecemos os erros porque deslizamos neles, é o mesmo que acontece, por exemplo, quando há um acidente de carro, as versões e as visões do acidente são completamente diferentes, principalmente, pela emoção e o fato das pessoas estarem em ângulos diferentes. No plano histórico há erros, se me permitem o jogo de palavras, histéricos. Tomemos um exemplo um pouco distante de nós; os debates sobre a Primeira Guerra Mundial, uma época em que a França e a Alemanha tinham partidos socialistas fortes, potentes e muito pacifistas, e que, evidentemente, eram contrários a guerra que se anunciava, mas, do momento em que se desencadeou a guerra, os dois partidos se lançaram, massivamente, a uma campanha de propaganda cada um imputando ao outro os atos mais ignóbeis, isto durou até o fim da guerra. Hoje, podemos constatar com os eventos trágicos do Oriente Médio a mesma maneira de tratar a informação, cada um do seu lado prefere camuflar a parte que lhes é desvantajosa para colocar em relevo a parte criminosa do outro. Este problema se apresenta de uma maneira perceptível e muito evidente, porque as traduções e as reconstruções são também um risco de erro e muitas vezes o maior erro é de pensar que a idéia é a realidade, tomar a idéia como algo real é confundir o mapa com o terreno. Outras causas de erro são as diferenças culturais, sociais e de origem. Cada um pensa que suas idéias são as mais evidentes e esse pensamento leva à idéias normativas e as que não estão dentro desta norma, que não são consideradas normais, são julgadas como um desvio patológico e são rejeitadas como ridículas, não somente no domínio das grandes religiões ou das ideologias políticas, mas também das ciências, quando Watson e Crick decodificaram a estrutura do código genético, o DNA (ácido deoxyribonucleico), que surpreendeu e escandalizou a maioria dos biólogos que não pensavam que isto poderia ser transcrito em moléculas químicas. Foi preciso muito tempo para que essas idéias pudessem ser impostas e aceitas. Na realidade as idéias adquirem consistência como os deuses nas religiões, é algo que nos envolvem e nos dão ordens e nos dominam a ponto de nos levar a matar ou morrer. Lenin dizia: “Os fatos são teimosos, mas na realidade as idéias são ainda mais teimosas do que os fatos e resistem aos fatos durante muito tempo”. Portanto, o problema do conhecimento não deve ser um problema restrito aos filósofos, é um problema de todos e que cada um deve levá-lo em conta muito cedo e explorar as possibilidades de erro para ter condições de ver a realidade, porque não existe receita milagrosa. 

O segundo buraco negro é que não ensinamos as condições de um conhecimento pertinente, isto é, de um conhecimento que não mutila o seu objeto. Por que? Porque nós seguimos em primeiro lugar, um mundo formado pelo ensino disciplinar e é evidente que as disciplinas de toda ordem que ajudaram o avanço do conhecimento são insubstituíveis, o que existe entre as disciplinas é invisível e as conexões entre elas também são invisíveis, isto não significa que seja necessário conhecer somente uma parte da realidade, é preciso ter uma visão que possa situar o conjunto. É necessário dizer que não é a quantidade de informações, nem a sofisticação em Matemática que podem dar sozinhas um conhecimento pertinente, é mais a capacidade de colocar o conhecimento no contexto. A economia, que é das ciências humanas, a mais avançada, a mais sofisticada, tem um poder muito fraco e erra muitas vezes nas suas previsões, porque está ensinando de um modo que privilegia o cálculo e esquece todos os outros fatores, os aspectos humanos; sentimento, paixão, desejo, temor, medo. Quando há um problema na bolsa, quando as ações despencam, aparece um fator totalmente irracional que é o pânico, que, freqüentemente, faz com que o fator econômico tenha a ver com o humano, e por sua vez se liga à sociedade, à psicologia, à mitologia. Essa realidade social é multidimensional, o econômico é uma dimensão dessa sociedade, por isso, é necessário contextualizar todos os dados. 

Se não houver os conhecimentos históricos e geográficos para contextualizar, cada vez que aparece um acontecimento novo que nos faz descobrir uma região desconhecida, como o Kosovo, o Timor ou Serra Leoa, não entendemos nada. Portanto, o ensino por disciplina, fragmentado e dividido, impede a capacidade natural que o espírito tem de contextualizar, é essa capacidade que deve ser estimulada e deve ser desenvolvida pelo ensino de ligar as partes ao todo e o todo às partes. Pascal dizia, já no século XVII, e que ainda é válido: “Não se pode conhecer as partes sem conhecer o todo, nem conhecer o todo sem conhecer as partes”. O contexto tem necessidade, ele mesmo, de seu próprio contexto e, atualmente, o conhecimento deve se referir ao global. O global sendo, bem entendido, a situação de nosso planeta, onde, evidentemente, os acidentes locais têm repercussão sobre o conjunto e as ações do conjunto sobre os acidentes locais, o que foi comprovado depois da guerra do Iraque, da guerra da Iugoslávia e atualmente com o conflito do Oriente Médio. 

O terceiro aspecto é a identidade humana. É curioso que nossa identidade seja completamente ignorada pelos programas de instrução. Podemos perceber alguns aspectos do homem biológico em Biologia, alguns aspectos psicológicos em Psicologia, mas a realidade humana é indecifrável. Somos indivíduos de uma sociedade e fazemos parte de uma espécie. Mas estamos em uma sociedade e a sociedade está em nós, pois desde o nosso nascimento a cultura se imprime em nós. Nós somos de uma espécie, mas ao mesmo tempo a espécie é em nós e depende de nós. Se nos recusamos a nos relacionar sexualmente com um parceiro de outro sexo nós acabamos com a espécie. Portanto, o relacionamento entre indivíduo-sociedade-espécie é como a trindade divina, um dos termos gera o outro e um se encontra no outro. A realidade humana é trinitária. 

Eu creio que se pode fazer convergir todas as ciências sobre a identidade humana. Um certo número de agrupamento disciplinar vai favorecer esta convergência. É necessário reconhecer que na segunda metade do século XX, houve uma revolução científica, reagrupando as disciplinas em ciências pluridisciplinares. Assim, há a cosmologia, as ciências da terra, a ecologia e a pré-história. Tome-se a cosmologia que, efetivamente, utiliza a microfísica, os aceleradores de partículas para imaginar os primeiros segundos do universo, utiliza a observação e pratica uma reflexão filosófica sobre o mundo como Hubert Reeves, como Hawkins, como Michel Cassé e tantos outros. Eles refletem sobre o universo incrível no qual vivemos. Mas o que é importante para a identidade humana, é saber que estamos neste minúsculo planeta perdidos no cosmos. Nossa missão não é mais a de conquistar o mundo como acreditava Descartes, Bacon e Marx. Nossa missão se transformou em civilizar o pequeno planeta em que vivemos. Por outro lado, as ciências da terra nos inscrevem neste planeta que é formado por fragmentos, fragmentos cósmicos de uma explosão de sóis anteriores e resta saber como estes fragmentos reunidos, aglomerados puderam criar uma tal organização, uma auto-organização para nos dar este planeta. É necessário mostrar que ele gerou a vida, e a nós somos; filhos da vida. A biologia, a teoria da evolução, nos prova como nós trazemos dentro de nós efetivamente o processo de desenvolvimento da primeira célula vivente que se multiplicou e se diversificou. Quando sonhamos sobre nossa identidade, devemos pensar que temos partículas que nasceram no despertar do universo, temos os átomos de carbono que se formaram em sóis anteriores ao nosso, pelo encontro de três núcleos de hélio que se constituíram em moléculas e neuromoléculas na terra. Somos filhos do cosmo, mas nos transformamos em estranhos pelo nosso conhecimento e pela cultura. 

Portanto, é preciso ensinar a unidade dos três destinos, porque somos indivíduos, mas como indivíduos somos cada um, um fragmento da sociedade e da espécie homo sapiens a qual pertencemos, e o importante é que somos uma parte da sociedade, uma parte da espécie, seres desenvolvidos sem os quais a sociedade não existe, a sociedade só vive dessas interações. È importante, também mostrar que, ao mesmo tempo que o ser humano é múltiplo, existe a sua estrutura mental que faz parte da complexidade humana, isto é, ou vemos a unidade do gênero e esquecemos a diversidade das culturas, dos indivíduos, ou vemos a diversidade das culturas e não vemos a unidade do ser humano. Esse problema vem causando polêmicas desde o século XVIII, quando Voltaire disse: “Os chineses são iguais a nós, têm paixões, choram”. E Herbart, o pensador alemão, afirmou: “Entre uma cultura e outra não há comunicação, os seres são diferentes”. Os dois tinham razão, mas na realidade essas duas verdades têm que ser articuladas, nós temos os elementos genéticos da nossa diversidade e, é claro, os elementos culturais da nossa diversidade. È preciso lembrar que rir, chorar, sorrir, não são atos aprendidos ao longo da educação, são inatos e modulados de acordo com a educação. Heigerfeld fez uma observação sobre uma jovem surda, muda de nascença que ria, chorava e sorria. Atualmente, estudos demonstram que o feto começa a sorrir no ventre da mãe, talvez, porque não saiba o que o espera depois... 

Mas isso nos permite entender a nossa realidade, nossa diversidade e singularidade. Chegamos, então, ao ensino da literatura e da poesia, elas não devem ser consideradas como secundárias e não essenciais. A literatura é para os adolescentes uma escola de vida e meio para se adquirir conhecimentos. As ciências sociais vêem categorias e não indivíduos sujeitos a emoções, paixões e desejos. A literatura, ao contrário, como nos grandes romances de Tolstoi, aborda o meio social, o familiar, o histórico e o concreto das relações humanas com uma força extraordinária. Podemos dizer que as telenovelas também nos falam sobre problemas fundamentais do homem; o amor, a morte, a doença, o ciúme, a ambição, o dinheiro. Temos que entender que todos esses elementos são necessários para entender que a vida não é aprendida somente nas ciências formais e a literatura tem a vantagem de refletir a complexidade do ser humano e a quantidade incrível de seus sonhos. Como James Joyce, por exemplo, que ao criar um personagem, mostrava que uma pessoa pode ter sentimentos totalmente diversos. Ou como o herói de Dostoïewsky, em O Idiota que não sabe se a jovem está apaixonada por ele e no fim da trama, depois de ter sofrido muito, encontra um amigo que lhe diz: “mas que imbecil você é, não entendeu que ela o ama”. Isto pode acontecer com qualquer pessoa, a dificuldade de saber o que o outro pensa e sente. 

Marcel Proust mostrou em Um amor de Swan , o que ele chamava de intermitências do coração, que uma pessoa pode se apaixonar, esquecer- se da pessoa desejada e voltar a amá-la. Neste romance o herói sofre durante anos de ciúmes por causa de uma mulher e quando ele não está mais apaixonado, ele diz: “mas eu sofri tanto por uma mulher que não me amava e que nem era meu tipo”. Então, podemos compreender a complexidade humana através da literatura, enquanto que a poesia nos ensina a qualidade poética da vida, essa qualidade que nós sentimos diante de fatos da realidade. Como, por exemplo, os espetáculos da natureza: o céu de Brasília que é tão bonito. É essa poesia que nos dá força e nos ensina a qualidade poética da vida, porque ela não é somente uma prosa que se deve fazer por obrigação. A vida é viver poeticamente na paixão, no entusiasmo. Para que isso aconteça devemos fazer convergir todas as disciplinas conhecidas para identidade e para a condição humana, ressaltando a noção de homo sapiens ; o homem racional e fazedor de ferramentas, que é, ao mesmo tempo, louco e está entre o delírio e o equilíbrio no mundo da paixão em que o amor é o cúmulo da loucura e da sabedoria. O homem não se define somente pelo trabalho, mas pelo jogo. Não só as crianças gostam de jogar, os adultos também gostam e por isso vemos partidas de futebol. Nós somos homo ludens pois não existe apenas o homo economicus que só vive em função do interesse econômico. Há, também o homo mitologicus, isto é, vivemos em função de mitos e crenças. Enfim, há o homem prosaico e poético, como dizia Hölderling: “O homem habita poeticamente na terra, mas também prosaicamente e se a prosa não existisse, não poderíamos desfrutar da poesia”. O quarto aspecto é sobre a compreensão humana. Nunca se ensina sobre compreender uns aos outros, como compreender nossos vizinhos, nossos parentes, nossos pais. O que significa compreender? A palavra compreender vem de compreendere em latim, que quer dizer: colocar junto todos os elementos de explicação, quer dizer, não ter somente um elemento de explicação, mas diversos. Mas a compreensão humana vai além disso, porque na realidade ela comporta uma parte de empatia e identificação, o que faz com que se compreenda alguém que chora, por exemplo, não é analisando as lágrimas no microscópios, mas porque sabe-se do significado da dor, da emoção, por isso é preciso compreender a compaixão que quer dizer sofrer junto, é isto que permite a verdadeira comunicação humana. No entanto, há os verdadeiros inimigos da compreensão, porque não existe a preocupação de ensiná-la. Na realidade, isto está se agravando, cada vez o individualismo aparece mais, estamos vivendo numa sociedade individualista, que favorece o sentido de responsabilidade individual, que desenvolve o egocentrismo, o egoísmo que, consequentemente, alimenta a auto-justificação e a rejeição ao próximo. 

A raiva leva a vontade de eliminar o outro e tudo que pode aborrecer, e de certa maneira isto favorece ao que os ingleses chamam de self-deception, isto é, mentir a si mesmo, pois o egocentrismo vai tramando sempre o negativo e esquecendo dos outros elementos. A redução do outro é o que impede a compreensão, a visão unilateral, a falta de inteligência da complexidade humana. Outro aspecto da incompreensão é a indiferença que nos bloqueia a compreensão. E, por este lado, é interessante abordar o cinema, que os intelectuais acusam de alienante, mas que é uma arte que ensina a superar a indiferença, pois transforma em heróis, os invisíveis sociais, ensinando a vê-los por um outro prisma, como por exemplo, Charlie Chaplin que sensibilizou platéias inteiras com o seu personagem do vagabundo, ou Coppola, quando popularizou os chefes da Máfia com “O Chefão”, ou a complexidade dos personagens de Shakspeare: reis, gangsters, assassinos e ditadores. No cinema como na filosofia de Heráclito: “Despertados, eles dormem”. Estamos adormecidos, apesar de despertos, pois diante da realidade tão complexa, mal percebemos o que se passa ao nosso redor. Por isso, é importante este quarto ponto: compreender não só os outros como a si mesmo, a necessidade de se auto-examinar, de analisar a auto-justificação, pois o mundo está cada vez mais devastado pela incompreensão que é o câncer do relacionamento entre os seres humanos. O quinto aspecto é a incerteza, apesar de ensinar-se só as certezas: a gravitação de Newton, o eletromagnetismo. Atualmente, a ciência abandonou determinados elementos mecânicos para assimilar o jogo entre certeza e incerteza da micro-física às ciências humanas. É necessário mostrar em todos os domínios sobretudo na história o surgimento do inesperado. Eurípides dizia no fim de três de suas tragédias que: “os deuses nos causam grandes surpresas, não é o esperado que chega e sim o inesperado que nos acontece”. Ou mesmo a velha idéia de 2.500 anos, nós esquecemos sempre. 

As ciências mantêm diálogos entre dados sobre os quais se podem basear para dados hipotéticos, outros dados que parecem mais prováveis e os incertos. Os processos físicos ou não pressupõem variações que nos levam a desordem caótica ou para a criação de uma nova organização, como nas teorias sobre a incerteza de Prigogine, baseadas nos exemplos dos turbilhões de Born. Ou, analisando retroativamente a história da vida, constata-se que ela não foi linear, que não teve uma evolução de baixo para cima. A evolução segundo Darwin foi uma evolução composta de ramificações a exemplo do mundo vegetal e o mundo animal. O homem vem de uma dessas ramificações e conseguiu chegar a consciência e a inteligência, mas não somos a meta da evolução, fazemos parte desse processo, o que quer dizer que a história da vida foi marcada por catástrofes. No fim da era secundária com a queda do asteróide que provocou um desastre, matou os dinossauros e ressecou a vegetação desses animais enormes, matando-os de fome e, por conseqüência dando oportunidade à proliferação dos mamíferos. Assim também nas sociedades humanas, nenhuma sociedade antiga sobreviveu, nem mesmo o império romano que parecia eterno. Todas sofreram o colapso por uma razão ou outra. As sociedades andinas que eram mais potentes que seus colonizadores espanhóis e cujas capitais eram muita mais ricas que Paris, Madri ou Lisboa foram destruídas por espanhóis que chegaram com cavalos e armas desconhecidas. 

As duas guerras mundiais destruíram muito na metade do século XX, depois da Primeira Guerra Mundial, os três grandes impérios: romanootomano, austro-húngaro e soviético desapareceram. Isto nos demonstra a necessidade de ensinar o que chamamos de ecologia da ação: a atitude que se toma quando uma ação é desencadeada e escapa ao desejo e às intenções daquele que a provocou, desencadeando influências múltiplas que podem desviá-las até o sentido oposto ao intencionado. A história humana está repleta de exemplos dessa natureza. O mais evidente no final do século XX foi o projeto político de Gorbatchev que pretendeu reformar o sistema político da União Soviética, mas provocou o começo de sua própria desagregação e implosão. Assim tem acontecido em todas as etapas da história, o inesperado aconteceu e acontecerá, porque não temos futuro e não temos certeza nenhuma do futuro. As previsões não foram concretizadas, não existe determinismo do progresso. Portanto, os espíritos têm que ser fortes e armados para afrontarem essa incerteza e não se desencorajarem. Essa incerteza é uma incitação à coragem. A aventura humana não é previsível, mas o imprevisto não é totalmente desconhecido. Somente agora, se admite que não se conhece o destino da aventura humana. É necessário tomar consciência de que as futuras decisões devem ser tomadas contando com o risco do erro e estabelecer estratégias que possam ser corrigidas no processo da ação, a partir dos imprevistos e das informações que se tem. 

O sexto aspecto é a condição planetária, sobretudo na era da globalização no século XX, que começou, na verdade no século XVI com a colonização da América e a interligação de toda a humanidade, esse fenômeno que estamos vivendo hoje em que tudo está conectado, é um outro aspecto que o ensino ainda não tocou, assim como o planeta e seus problemas, a aceleração histórica, a quantidade de informação que não conseguimos processar e organizar. Este ponto é importante porque estamos num momento em que existe um destino comum para todos os seres humanos, pois o crescimento da ameaça letal como a ameaça nuclear se expande em vez de diminuir, a ameaça ecológica, a degradação da vida planetária. Ainda que haja uma tomada de consciência de todos esses problemas, ela é tímida e não conduziu a nenhuma decisão efetiva, por isso, devemos construir uma consciência planetária. Conhecer o nosso planeta é difícil: os processos de todas as ordens, econômicos, ideológicos, sociais estão de tal maneira imbricados e são tão complexos que é um verdadeiro desafio para o conhecimento. Já é difícil saber o que acontece no plano imediato. Ortega y Gasset dizia: “Não sabemos o que acontece, isto é o que acontece”, é necessário uma certa distância em relação ao imediato para poder compreende-lo e atualmente em que tudo é acelerado e tudo é complexo, é quase impossível. Mas, é preciso mostrar, é esta a dificuldade; é necessário ensinar que não é suficiente reduzir a um só a complexidade dos problemas importantes do planeta como a demografia, ou a escassez de alimentos, ou a bomba atômica ou a ecologia. Os problemas estão todos amarrados uns aos outros. Sobretudo, há, daqui em diante, os problemas de vida e morte para a humanidade, como a arma nuclear, como a ameaça ecológica, como o desencadeamento dos nacionalismos acentuados pelas religiões. É preciso mostrar que a humanidade vive agora uma comunidade de destino comum. 

O último aspecto é o que vou chamar de antropo-ético, porque os problemas da moral e da ética diferem entre culturas e na natureza humana. Existe um aspecto individual, social e genérico, diria de espécie, uma espécie de trindade em que as terminações são ligadas: a antropo-ética, a ética que corresponde ao ser humano desenvolver e ao mesmo tempo, uma autonomia pessoal - as nossas responsabilidades pessoais - e desenvolver uma participação social - as responsabilidades sociais - e a nossa participação no gênero humano, pois compartilhamos um destino comum. A antropo-ética tem um lado social que não tem sentido se não for na democracia, porque na democracia o cidadão deve se sentir solidário e responsável e permite uma relação indivíduo-sociedade. A democracia em princípio deve controlar, o controlado passa a controlar quem controlava e deve tomar para si responsabilidades por meio de eleições o que permite aos cidadãos exercerem suas responsabilidades. Evidentemente, não existe democracia absoluta, ela é sempre incompleta, mas sabemos que vivemos em uma época de regressão democrática porque existe, cada vez mais, o poder tecnológico que agrava os problemas econômicos, mas na verdade, é importante orientar e guiar essa tomada de consciência social que leva à cidadania para que o indivíduo exerça sua responsabilidade. Por outro lado, está se desenvolvendo a ética do ser humano com as associações não-governamentais, como os Médicos Sem Fronteiras, o Green Pace, a Aliança pelo Mundo Solidário e tantas outras que trabalham acima de denominações religiosas, políticas ou de Estados nacionais assistindo aos países ou às nações que estão sendo ameaçadas ou em graves conflitos. Devemos conscientizar todos dessas causas tão importantes, pois estamos falando do destino da humanidade. Seremos capazes de civilizar a terra e fazer com que ela se torne uma verdadeira pátria? Estes são os sete saberes necessários ensinar, não digo isso para modificar programas. Na minha opinião não temos que destruir disciplinas, mas temos que integrá-las, reuni-las uma as outras em uma ciência como as ciências estão reunidas, como, por exemplo, as ciências da terra, a sismologia, a vulcanologia, a meteorologia, todas elas, articuladas em uma concepção sistêmica da terra. Penso que tudo deve estar integrado, para permitir uma mudança de pensamento que concebe tudo de uma maneira fragmentada e dividida e impede de ver a realidade. Essas visão fragmentada faz com que os problemas permaneçam invisíveis para muitos, principalmente para muitos governantes. E, hoje, que o planeta já está ao mesmo tempo unido e fragmentado começa a se desenvolver um ética do gênero humano para que possamos superar esse estado de caos e iniciar, talvez, a civilizar a terra.

   

26/03/2021

 

A caça aos pequenos grupos elementares


Pitirim Sorokin
 

Novas Teorias Sociológicas 

Seguindo o preceito dos biólogos do século XIX, segundo os quais o estudo da estrutura e evolução do organismo deveria começar pelas suas formas menores e mais simples, vários sociólogos e psicólogos "descobriram" nestes anos mais recentes o "pequeno grupo" como unidade social elementar. Deram, assim, inicio a uma intensa investigação de "pequenos grupos" como a forma de abordagem mais promissora para o descobrimento de generalizações aplicáveis aos grandes grupos e ao universo inteiro dos fenômenos sociais. O impulso inicial a esse estudo dos pequenos grupos foi dado pela teoria dos átomos sociais de Moreno e pela sua "sociometria", bem assim como pelos esquemas pseudomatemáticos da "dinâmica de grupo" de K. Lewin. Sob a influência desses autores, vários investigadores mais jovens - como os adeptos da "Dinâmica de Grupo",R.Bales, A. Bavelas, G. G. Homans, E. F. Borgata e outros - empenharam-se entusiasticamente em estudos de pequenos grupos e puseram em moda tais estudos. Os partidários desse movimento vêm cantando loas, num "crescendo", ao caráter revolucionário de suas descobertas e à natureza excepcionalmente científica dos seus estudos. Pretendem ter descoberto, pela primeira vez na história, o pequeno grupo cientificamente - isto é, experimental, objetiva e quantitativamente. Sustentam, da mesma forma, que antes da sua investigação cientifica o que as ciências psicossociais produziram foi, sobretudo, uma filosofia especulativa de gabinete. 

Ao examinarmos cuidadosamente essas pretensões, vemos que são em grande parte infundadas. Quando os métodos de pesquisa desses cientistas são considerados a sério, verifica-se que consistem principalmente em processos pseudo-experimentais e pseudoquantitativos; quando suas descobertas são analisadas, mostram ser ou redescobrimentos de velhas leis, ou ninharias insignificantes, ou simplesmente erros. 

Para inicio de conversa, os investigadores de pequenos grupos não têm sequer a apresentar uma definição satisfatória do que seja pequeno grupo. Suas definições acentuam duas diferenças específicas dos pequenos grupos: (1) a interação face a face, "em que cada membro recebe uma impressão de outro membro, bastante nítida para que ele possa mostrar uma reação a cada um dos outros como pessoa individual, ainda que seja apenas para tomar conhecimento da presença do outro"; (2) um pequeno número de membros flutuando de um a cerca de vinte e
cinco. De acordo com esta definição, um encontro face a face de vinte pessoas mais ou menos, até então desconhecidas umas das outras, e em que cada membro recebe uma "impressão clara" de muitos outros membros da reunião - quer se trate de um "cocktail party" casual, quer de uma reunião política espontânea ou de um "revival" religioso - não constitui um pequeno grupo. Por outro lado, uma série de sessões de um parlamento com cerca de 600 membros, em que cada um deles conhece todos os outros, ou umas convenção do Partido Republicano, onde
mais de mil delegados, que provavelmente se conhecem todos, interagem face a face, tem pelo menos uma das duas características de um pequeno grupo. Além disso, somos informados de que uma pessoa, quando fala consigo mesma, constitui um "pequeno grupo". Assim, de acordo com as características básicas da definição de um pequeno grupo, muitos grupos grandes são pequenos grupos, enquanto muitos grupos pequenos não são pequenos grupos em absoluto. Como surpresa adiciona, vimos a saber que um pequeno grupo pode ser tão pequeno que
consista numa só pessoa. Usar os termos "pequeno" e "grande" em sentidos quase opostos aos que geralmente têm não contribui para aclarar a definição. Na verdade, cria uma confusão sem remédio em torno do problema e torna o conceito de pequeno grupo excessivamente vago e até contraditório. 

Além disso, a definição do pequeno grupo não descreve nenhuma classe homogênea de grupos sociais; apresenta-nos, ao invés, uma verdadeira miscelânea de grupos os mais dessemelhantes, pois que qualquer das duas características pode ser encontrada entre os mais heterogêneos grupos ou reuniões de pessoas. Assim, a interação face a face ocorre no encontro de dois amantes, do algoz e do condenado, numa reunião de família, nas reuniões dos diretores de uma companhia, nas interações de uma multidão remoinhante e vociferante; numa
discussão de grupo, num pelotão no campo de batalha, numa sessão de parlamento, numa convenção política etc.  A simples razão face a face não torna semelhantes a esses e centenas de outros grupos, nem os inclui na mesma espécie de grupo. Um pequeno número de membros é encontrado entre grupos os mais dessemelhantes: na família, na direção de uma companhia, num grupo de conspiradores revolucionários, numa quadrilha de criminosos, em várias espécies de clubes "fechados" e em centenas de outros grupos tão diferentes uns dos outros quanto é
possível ser. 

Unificar os grupos mais heterogêneos numa única classe, a dos pequenos grupos", é contrário à regra científica fundamental de classificação dos fenômenos. É tão anticientifico como a unificação, numa espécie "nariguda", de organismos tão diferentes como insetos, peixes, cães, pássaros e homens, ou numa espécie "rabuda", de cobras, formigas, cavalos e aves. Sabemos muito bem que uma tal espécie é tudo menos uma espécie. Pela mesma razão, a classe dos pequenos grupos não é em absoluto uma classe. A própria tentativa de formar uma classe especifica com os pequenos grupos carece de qualquer base lógica, semântica e empírica. É mais ou menos tão anticientifica como seria a tentativa de um botânico, de formar uma espécie particular de pequenas plantas com todas as que medissem de 1 a 25 polegadas de altura, ou de um zoólogo, de formar uma nova espécie de pequenos organismos com todos aqueles que pesassem de 1 a 25 libras. Em Biologia não existem tais classes taxonômicas; se alguém sugerisse, não teriam a menor possibilidade de ser aceitas. Em sociologia, infelizmente, continuam sendo propostas e têm notável aceitação nos dias que correm. 

O "pecado original" dos adeptos dos pequenos grupos é não possuírem nenhuma verdadeira classe de grupos sociais para seu estudo e de não saberem exatamente o que sejam os pequenos grupos que estão tentando investigar. Esse "pecado" é responsável pelos muitos defeitos e erros de suas diligentes pesquisas - por exemplo, a falsa suposição de que o pequeno grupo é a unidade mais simples dos grupos ou estruturas sociais. Pela interação face a face e pelo número de seus membros, a família é um pequeno grupo; sem embargo, pela sua estrutura e pelas suas funções, é um dos grupos mais complexos e mais enciclopédicos de todas as organizações sociais. Pelo número de seus membros, muitas associações nacionais e internacionais como os partidos Democrático e Republicano, a Federação Americana do Trabalho ou a Associação Nacional de Manufatores, são vastos grupos com milhões de membros. Estrutural e funcionalmente, são grupos muito mais simples do que a família. Estruturalmente, os membros dessas vastas associações são ligados apenas por um único ou uns poucos vínculos ou interesses - econômicos, ocupacionais, recreativos, religiosos ou científicos - ao passo que os membros da família são ligados por muitos vínculos ou interesses. Funcionalmente, as atividades dessas vastas organizações também são muito menos enciclopédicas, mais estreitas e especializadas do que as atividades "enciclopédicas" da família.  Em muitas comunidades reais (Gemeinschaften) são de pequeno tamanho em comparação com muitas associações (Gesellschaften), e no entanto estrutural e funcionalmente, tais comunidades são muito mais complexas do que numerosas grandes associações. O tamanho reduzido de um grupo não faz dele necessariamente um grupo simples, e vice-versa. Os adeptos dos pequenos grupos erram grosseiramente ao igualar pequenos grupos com grupos simples. Se quisermos seguir o preceito "do mais simples ao mais complexo", um estudo dos grupos sociais não tem necessariamente de começar pelos grupos menores e passar depois aos maiores. Esse preceito em si mesmo, porém, não é um principio metodológico universal: em muitos casos é mais aconselhável seguir o preceito aristotélico contrário, segundo o qual as propriedades de um carvalho podem ser estudadas com mais proveito num carvalho adulto do que numa bolota. 

O estudo de pequenos grupos e da espécie de grupos selecionados para estudo pelos pesquisadores de pequenos grupos tem sido feito ao acaso e às cegas. O grosso dos grupos investigados representa uma coleção incidental, semi-organizada ou inorganizada, de estudantes, soldados, trabalhadores ou moradores de um prédio (quarto, apartamento, sala de aulas, seção de fábrica etc.), até então desconhecidos uns dos outros e reunidos atabalhoadamente, muitas vezes pôr ordem de seus superiores ou mediante uma promessa de remuneração, a fim de "discutir", "resolver problemas", "ser entrevistados e interrogados" e outros propósitos artificiais da mesma espécie. Essas reuniões incidentais podem ser descritas com mais exatidão como "grupos de bate-papo". De quando em quando um grupo organizado e inteiramente heterogêneo, como a família em Tikopeia, um clube metropolitano, uma pequena seita religiosa ou uma panelinha política, é estudado pelos investigadores de pequenos grupos, que se esquecem de sublinhar as profundas diferenças entre grupos organizados, inorganizados e nominais: todos recebem o mesmo tratamento. Não admira que o estudo dessa "mélange" de grupos tenha dado escassos resultados. 

A critica acima não significa que as formas especificas de pequenos grupos não possam ou não devam ser estudadas. Pelo contrário, pequenos grupos como as díades e tríades, a família, uma pequena aristocracia, um pequeno grupo de negócios, uma pequena seita ou partido político, etc., têm sido estudados com proveito. Entretanto, cada uma dessas coletividades é estudada não apenas como um pequeno grupo em geral, mas como um grupo especifico cujas propriedades estruturais, dinâmicas e funcionais não podem se estendidas a todos ou a muitos grupos com reduzido número de membros. As propriedades básicas da família e as relações de marido-mulher-filho não podem ser extrapoladas muito além da tríade familiar, nem aplicadas a todas as díades, tríade e pequenas coletividades comerciais-religiosas-criminosas-educacionais- militares-politicas. Tampouco podem ser aplicadas aos grupos inorganizados e nominais, e vice-versa. Se as propriedades de um desses grupo específicos forem extrapoladas para outros grupos, como costumam fazer os nossos descobridores de pequenos grupos, os resultados não poderão deixar de ser ilusórios, falhos de qualquer sentido ou cognitivamente insignificantes. 

Rejeitamos a asserção dos recentes investigadores de pequenos grupos, segundo os quais, antes das suas pesquisas, tais grupos mal eram estudados, e são eles os seus descobridores. Essa pretensiosa asserção não tem base nenhuma. Desde Confúcio, pelo menos, uma série de pequenos grupos específicos, a começar pela família, têm sido cuidadosamente estudados por muitos pensadores, que os investigaram como grupos específicos e sabiamente se abstiveram de extrapolar os resultados da pesquisa para além do grupo estudado. A esse respeito, seu procedimento foi muito mais cientifico que o dos recentes investigadores da classe fictícia dos pequenos grupos em geral. A família e os familiares, as díades de mestre-aluno, amo-escravo, vendedor-comprador e empregador-empregado; as tríade de juiz-acusador-réu, marido-mulher-amante; as pequenas Bruderschaften, a pequena guilda, casta, aldeia e muitas outras pequenas coletividades já foram bem analisadas pelos autores do Código Hamurabi, por Confúcio, Mo-ti, Mêncio, pelos autores dos Puranas, Tantras, Arthasastras e Nitisastras
hindus; foram estudadas nas Leis de Manu, nas Institutas de Vishnu e por autores como Kautilya, Platão, Aristóteles, e especialmente pelos grandes juristas romanos cuja obra foi incorporada no Corpus Juris Civilis. Por si só, este Corpus oferece definições tão adequadas, minuciosas e bem analisadas dos principais grupos, corporações e instituições específicos tanto pequenos como grandes, que ainda vive não apenas nos códigos jurídicos como na própria vida social do Ocidente. Comparadas com essas definições, fórmulas e análises, as feitas pelos recentes
investigadores de pequenos grupos não passam de frívola parolagem. Quanto mais depressa esses investigadores abandonarem as suas infantis pretensões de serem os descobridores dos pequenos grupos, e quanto mais depressa fizerem conhecimento com o Corpus Juris Civilis e outros antigos estudos dos principais tipos de pequenos grupos organizados, melhor será para eles e para a Sociologia. 

Quanto mais detidamente examinamos os decantados métodos experimentais, operacionais, quantitativos e objetivos das recentes investigações de pequenos grupos, mais se evidencia o já tão conhecido verniz imitativo desses métodos, aplicado principal ao velho "testemunho de oitiva" dos participantes de grupos recrutados às pressas para "discussão", "solução de problemas" ou, mais exatamente, "bate-papo". Ao primeiro relance, a montagem e os procedimentos desses investigadores nos parecem na verdade proficientes e objetivos. Seus pequenos grupos congregam-se num laboratório especial, equipado com um "espelho unidirecional", com gravadores de som e registradores de interação. Esses frangalhetes supostamente permitem ao investigador observar, gravar e encaixar em uma de suas categorias cada "unidade de discurso" de cada membro. A classificação de R. F. Bales pode servir como exemplo típico de tais categorias. Bales divide nas seguintes classes todas as reações verbais e ações exteriores possíveis dos membros: "(1) mostra solidariedade; (2) mostra relaxamento de tensão; (3) concorda; (4) dá sugestão; (5) opina; (6) dá orientação; (7) pede orientação; (8) pede opinião; (9) pede sugestão; (10) discorda;
(11) revela tensão; (12) mostra antagonismo." 

No fim da sessão, o investigador-observador tem em mãos o registro de todas as unidades de expressão verbal e de ação de cada membro, a quem se dirige cada expressão verbal ou ação, em que ordem se sucedem e a categoria a que pertence cada uma. Esses dados são então submetidos a uma manipulação estatística a fim de nos fornecerem conhecimentos científicos, até então ignorados, sobre os processos de interação e a estrutura e a dinâmica de toda sorte de pequenos grupos. Os resultados obtidos costumam ser generalizados e aplicados a muitos outros grupos, pequenos e grandes. Os pequenos grupos de Bales flutuam em tamanho de dois a dez e de três a seis participantes.
Seus membros são graduandos de Harvard, recrutados por meio do departamento de empregos dessa Universidade.  Os estudantes não se conhecem uns aos outros antes do primeiro encontro. Cada grupo teve quatro reuniões para discutir um "caso relações humanas". 

A despeito de todo esse verniz cientifico, o processo inteiro é, na realidade, altamente subjetivo, arbitrário e baseado em pressuposições excessivamente vagas e idéias duvidosas. Em primeiro lugar; conceitos centrais do estudo - a "unidade de expressão verbal" e a "unidade de ação" - ficam praticamente sem definição. Devemos considerar cada palavra separada como uma "unidade de expressão verbal"? ou cada proposição formada de sujeito-cópula-predicado? ou uma série de proposições que versam sobre o mesmo assunto? ou que mostram o mesmo colorido emocional? ou que se dirigem ao mesmo membro? ou que? Um esboço muito vago e nebuloso dessas unidades não facilita em nada a sua definição. Daí resuIta que só a decisão perfeitamente arbitrária do observador determina que palavras ou atos compõem uma "unidade de expressão verbal" ou uma "unidade de ação".  Como esses conceitos centrais ficam sem definição, toda a gigantesca estrutura analítica e estatística construÍda sobre eles não passa, em suma, de uma miragem. 

Não menos arbitrária é a operação de classificar cada "unidade de expressão verbaI" e cada "unidade de ação" de cada participante na continua e veloz corrente de palavras e de movimentos muitas vezes simultâneos. À diferença dos calculadores eletrônicos, o "registrador de interação" não classifica automaticamente as unidades de expressão verbal e de ação numa das doze categorias. A classificação é feita - também a toda a pressa - pelo próprio observador. Este, naturalmente, não tem tempo para analisar, cuidadosamente se as palavras pertencem a categoria
"dá sugestão", "dá opinião" ou "dá orientação"; ou se incluem na categoria "discorda", "revela tensão" ou "mostra antagonismo". Mesmo que dispusesse de bastante tempo, ainda assim lhe seria difícil e muitas vezes impossível fazer uma classificação acurada, pois é tão grande a semelhança entre as categorias "dá sugestão", "dá opinião" e "dá orientação" que só mesmo uma intuição sobrenatural poderia distinguir entre elas e classificar cada uma sem perigo de erro. O mesmo se pode dizer das categorias "discorda", "revela tensão" e "mostra antagonismo".
Considerando-se que o observador, durante toda a sessão do seu grupo de "bate-papo", tem de registrar cada "unidade de expressão verbal" (indefinida), cada "unidade de ação" (também indefinida) por quem eIa é enunciada ou praticada, a quem se dirige e a qual das suas mal-definidas categorias pertence; considerando que vários membros do grupo podem estar falando e agindo simultaneamente; e considerando a pressa com que ele deve proceder a todos esses registros, análises e classificações, concluímos que não há observador capaz de desempenhar com exatidão e objetividade essas tarefas impossíveis. É inevitável que ele as realize impulsivamente, arbitrariamente e às
tontas. Portanto, se dois aspectos básicos do estudo - a definição das unidades de expressão verbal e de ação e o método usado para classificá-Ias - são predominantemente subjetivos e arbitrários, a maioria dos outros dados da pesquisa, a maior parte de sua superestrutura estatística e o grosso das conclusões também serão subjetivos, arbitrários, pseudo-experimentais e pseudoquantitativos. Não há trangalhetes nem espelhos unidirecionais, não há longas séries de cifras e de índices que possam disfarçar a natureza essencialmente anticientifica de toda essa operação de pesquisa. 

Vários outros defeitos importantes vêm viciar ainda mais essas operações. A classificação das doze categorias é feita a esmo. Não tem nenhum fundamentum divisionis. Várias dessas categorias, como "dá sugestão", "dá opinião" etc., são tão semelhantes e em parte coincidentes que o mais cuidadoso dos investigadores, com tempo de sobra, não poderia decidir a qual delas pertence esta ou aquela "unidade de expressão verbal". Por outro lado, a classificação numa só categoria, palavras e ações notavelmente dissímiles entre si. Por exemplo, a categoria "dá orientação" abrange "informação, repetição, esclarecimento e confirmação". Evidentemente, "repetição não é sinônimo de "informação", e "esclarecimento" significa algo diferente de "confirmação". Uma classificação tão mal-amanhada do ponto de vista lógico como do fatual é um instrumento dos mais insatisfatórios para um estudo de unidades verbais e comportamentais e torna inevitável o caráter altamente arbitrário e subjetivo da operação de pesquisa. 

Acresce que as categorias da classificação se propõem a descrever tecnicamente as reações verbais dos participantes; não são apropriadas para lhes descrever as ações não verbais. Omitindo quase inteiramente a conduta exterior dos participantes e os motivos de suas ações, os estudos dos nossos investigadores não fazem mais do que deslizar sobre a superfície verbal, sem tocar na conduta exterior dos membros de seu grupo incidental de "bate-papo". Neste sentido, a pesquisa é superficial e esquiva quase totalmente os problemas reais da interação
social e dos fenômenos de grupo. 

As pretensiosas "descobertas" desses investigadores são, na realidade, ou trivialidades ponderosamente formuladas, ou tautologias disfarçadas por tábuas estatísticas, revelações há muito descobertas transcrições deturpadas das ciências físicas, ou simplesmente erros. Aqui vão alguns exemplos típicos dessas "descobertas". Se necessário, poderiam ser multiplicados à vontade. 

"A interação é um processo que consiste em ação seguida de reação." Que magnífica tautologia! "[Para a liderança] deve existir um grupo com uma tarefa comum... e pelo menos um membro deve ter responsabilidades que difiram das dos outros membros" (R. M. Stodgill). Que verdade profunda! Eis ai uma descoberta quase tão nova como aquela de que "após a primavera vem o verão e, após o verão, o outono". No entanto, como não raro sucede com esse gênero de trivialidades, o autor da asserção esquece por vezes que o grupo e sua tarefa comum são criados
por um líder. 

"Alguns membros [de um grupo] podem ser considerados como superiores a outros na liderança [porque têm a responsabilidade de tomar decisões] (Stodgill)." Extraordinária, esta nova descoberta, não conta nem um dia mais do que 5.000 anos de idade. 

"Um aspecto significativo da nossa sociedade é que as pessoas desejam participar de grupos" (L. Festinger). Que revelação esta, especialmente depois das proposições de Aristóteles: "O homem é naturalmente um animal político" e "Em todas as pessoas existe um impulso natural para se associarem umas com as outras." 

Não menos impressionante é a descoberta de "por que as pessoas buscam a participação em grupos", de Festinger.  A resposta é porque "os grupos freqüentemente [facilitam] a consecução de importantes metas individuais". As atividades dos grupos são amiúde atraentes para os membros. E são atraentes "por que as pessoas têm necessidades que só podem ser satisfeitas em grupos". O autor esquece de mencionar várias limitações importantes a estas verdades, como o fato de milhões de pessoas se tornarem membros de um grupo automaticamente, sem que os seus desejos sejam levados em conta. Por exemplo, a cidadania num Estado ou a participação numa casta é automaticamente imposta a todos os que nascem em tal ou tal Estado, ou de pertencentes a tal ou tal casta; por vezes muitos indivíduos, tais como prisioneiros de guerra ou criminosos, são coagidos a integrar um grupo de internados num campo de concentração ou presídio, contrariamente aos seus
desejos. Essas participações automáticas e indesejáveis em grupos desempenham um papel não menos importante na vida de milhões de pessoas, do que as participações voluntárias e procuradas. 

A mesma conclusão é válida para os "descobrimentos" de Festinger sobre a relação entre a amizade (ou inimizade) e a proximidade territorial e "funcional", sobre as condições de uma ação comunitária eficaz e a quase todas as suas conclusões supostamente derivadas de estudos "experimentais" dos grupos de Regent Hill e de Westgate - seus estudos de "dissonância cognitiva." Cada uma de sua conclusões foi incomparavelmente melhor formulada, desenvolvida e demonstrada por muitos investigadores sociais das gerações anteriores. 

Consideremos agora alguns descobrimentos relativos à "coesividade" dos grupos. Segundo John Thibaut, o termo coesividade significa "o campo total de forças que agem sobre os membros no sentido de fazê-los permanecer no grupo." Tanto o termo como a sua definição representam uma versão desvirtuada de uma proposição da Mecânica, tomada de empréstimo às ciências físicas. É uma asserção extremamente vaga e inadequada. Sem uma diferenciação preliminar da espécie de grupos cuja "coesividade" esta em causa, não é possível alcançar uma compreensão real das formas e das forças de "coesividade". O caso é que existem grupos "voluntários" e "coercivos", ou, mais precisamente, "familísticos" "contratuais" e "compulsórios". A diferença básica entre esses grupos manifesta-se por uma diferença fundamental das forças de coesividade que agem em cada um deles.  Os fatores que congregam os membros de uma família numa unidade e que permitem a esta manter a sua identidade, "coesividade" e continuidade são bem diversos dos fatores que obrigam os internados de uma prisão a permanecer no grupo. As forças que mantém juntos os empregados e o empregador de uma firma comercial ou industrial também são diversas daquelas que conservam unida uma família, um grupo de penitenciária ou os membros da Associação Norte-Americana de Sociologia. 

Esta diferenciação dos tipos de grupos que se conservam unidos e dos tipos de vínculos que os mantém nessa condição não é feita com clareza no estudo de Thibaut nem em outros do mesmo gênero. Resulta dai que todos os diligentes esforços desses sociólogos estudarem cientificamente o problema da coesividade dos pequenos grupos ainda não produziram nem uma só descoberta nova e significativa. Em comparação com o cabedaI de conhecimentos existentes nesse campo, as suas teorias, as uniformidades por eIes "descobertas e a sua visão
integraI do problema, com todas as respectivas ramificações, ainda continuam na fase primitiva - uma fase há muito ultrapassada pelas ciências psicossociais de hoje. 

Aqui está a descoberta seguinte: "A atração do grupo é função das forças resultantes que agem sobre o membro."  Que "forças resultantes"? E como agem elas sobre os membros? Em Mecânica, todos esses termos são rigorosamente definidos e mensuráveis. Aqui, permanecem simples palavras vagas, sem qualquer significado ou mensuração definida. 

Continuemos a descobrir as "descobertas" dos nossos "pioneiros. Eis aqui novos exemplos de suas tautologia: "O termo coesão [de grupo] refere-se a fenômenos que assumem existência quando (e somente quando) existe o grupo." [Extraordinário, isto!] "Os membros do grupo que são... amigos... tendem a mostrar mais interesses uns pelos outros como pessoas, talvez a se prestarem mais apoio mútuo, a serem mais cordiais nas relações interpessoais." [Outra grande revelação! Reparem, especialmente, na extrema cautela "científica" deste notável "talvez".] Antes desta revelação julgávamos ingenuamente que, sem nenhum "talvez", "amizade" implicasse interesse mútuo, cordialidade e apoio aos amigos. Depois de tais revelações, inclino-me a repetir as palavras de Saintsbury: "Ó chavões! Ó rótulos! Ó parvoíces!" 

"Um aumento na frequência da interação entre pessoas pode intensificar-Ihes o sentimento favorável umas para com as outras." Se assim é, quanto mais frequentemente lutarem (interagirem) vietnamenses e americanos, mais favorável será o sentimento que desenvolverão uns em relação aos outros. Por conseguinte, a interação de luta e de ódio é um fator tão eficaz para o desenvolvimento da mútua admiração, simpatia e altruísmo quanto a ajuda recíproca Felizmente para Homans, no fim do parágrafo que enuncia e desenvolve esta generalização "cientifica", ele parece ter percebido o seu erro unilateral, pois acrescenta, em quatro palavras apenas, duas outras conseqüências possíveis da interação freqüente - a saber, o desenvolvimento de "respect or, worse, antagonism" (respeito ou, o que é pior, antagonismo). 

"A formação de grupos de cisão desintegrará a organização mais vasta quando as metas do grupo menor são incompatíveis com as do maior." Outra bela tautologia! Os grupos de cisão tendem a cindir ou desintegrar! Mas, como sucede a muitas tautologia, a asserção tautológica sob esta forma é inadequada, pois, em vez de desintegrar o grupo maior, o grupo menor é mais comumente suprimido por ele. Não menos empiricamente unilateral é a afirmação de que "a tendência para se fragmentar seria tanto mais provável quanto maior fosse o grupo". Se esta
generalização fosse verdadeira, nenhum grande império, organização religiosa mundial ou grande sindicato de trabalhadores poderia surgir e existir por muito tempo. Na realidade, porém, durante a história da humanidade sempre houve vastos grupos, que, por via de regra, tiveram existência mais longa do que os grupos pequenos. 

R. F. Bales e seus associados iniciam o seu ensaio com a seguinte afirmação: "As frequências de comunicação entre os membros de pequenos grupos de contato pessoal mostram certas regularidades notáveis que não tinham sido descritas até agora... A detecção dessas regularidades representa uma significativa conquista para os nossos conhecimentos sobre a distribuição da comunicação em pequenos grupos e fornece uma estrutura básica de ordem, dentro da qual podem ser feitas muitas outras análises detalhadas dos processos de interação." Quanta modéstia!
Mas que são exatamente essas notáveis e significativas regularidades"? "Os fatos averiguados indicam que, se os participantes de um pequeno grupo forem classificados de acordo com o número total de atos que iniciam, tenderão a classificar-se na mesma ordem: (1) pelo número de atos que recebem; (2) pelo número de atos que endereçam a outros indivíduos específicos; e (3) pelo número de atos que dirigem ao grupo como um todo". 

Em palavras singelas, essas poderosas "uniformidades" significam que, num grupo de discussão, os membros mais palradores falam com mais freqüência do que os outros membros e são respondidos com mais freqüência pelos membros menos palradores. Desta bela tautologia podemos deduzir uma nova "notável e significativa uniformidade", omitida por Bales: As pessoas caladas falam com menos freqüência do que os outros membros e são respondidas com menos freqüência pelas pessoas mais loquazes. 

Como muitas outras tautologia, a de Bales não pode de forma nenhuma ser considerada como uma regra geral empírica para todos os grupos, pequenos e grandes. No grupo do tribunal, formado pelo réu, pelos advogados de acusação e defesa e pelos jjurados, a maioria das manifestações verbais, contrariando a uniformidade de Bales, se dirigem aos jurados e ao juiz. Os jurados, por via de regra, permanecem silenciosos ao invés de serem os que mais falam; o próprio juiz geralmente fala menos do que os advogados. Um conferencista, um pregador e um comandante de pelotão a dar ordens são os únicos membros falantes dos respectivos grupos. Em geral, porém, não costuma estabelecer-se diálogo entre eles e os demais membros dos respectivos grupos. Num grande número de diferentes grupos, todos os membros falantes dirigem-se ao presidente, e contudo, este é muitas vezes o que menos fala no grupo. E assim por diante. 

Na imensa maioria dos grupos pequenos e grandes as "uniformidades" de Bales constituem antes as exceções do que a regra, do ponto de vista de quem realmente fala, a quem é dirigida a palavra, e com que freqüência. E, o que é ainda mais importante, não há necessidade de uma diligente pesquisa do tipo Bales para averiguar a ordem, a freqüência e as espécies de manifestações verbais dos vários membros de quase todos os grupos organizados: tudo isso pode ser deduzido facilmente da constituição de tais grupos. As leis, e regulamentos de cada grupo organizado fornecem informações muitíssimo acuradas sobre todos esses pontos do que as vagas e em grande parte fictícias uniformidades que os investigadores de pequenos grupos obtêm com um enorme desperdício de tempo, energia e fundos. 

Se repassássemos página por página todos os estudos publicados pêlos recentes investigadores de pequenos grupos, encontraríamos, em quase todas as páginas, "descobertas", conceitos, definições e teorias representados pelos exemplos que demos acima. No entanto, leitura atenta dessas obras não me revelou uma só descoberta nova de importância mesmo terceira. Encontrei, sim, uma superabundância de pseudodescobertas. Os nossos investigadores, a passear num parque de fatos bem-cultivados parecem imaginar-se os pioneiros-exploradores de uma terra ate então desconhecida, ou os primeiros escaladores de montanhas e picos científicos que, na realidade foram conquistados há muito tempo.